viernes, 18 de mayo de 2012

ensayo final diana palomino


Diseño, arte y semiótica en el mundo actual.
Diana Isabel Palomino Victoria - 11205060
Andrea Rodríguez Mancera­
Ensayo final comunicación oral y escrita II – Universidad Icesi
Viernes 18 de mayo/ 2012




DISEÑO, ARTE Y SEMIOTICA EN EL MUNDO ACTUAL

Cada día los medios de comunicación masiva tienen mayor importancia  en el marketing de productos  a todo nivel. La utilización de los diferentes medios de comunicación como  medios publicitarios para la venta de cualquier producto, como son los periódicos, revistas, folletos, televisión, internet, etc., realizan su función, vendiéndoles a los consumidores las imágenes que se  proyectan  para crearles una necesidad ya sea real o imaginaria. Estamos sometidos al bombardeo de las imágenes que nos quieren vender. Es el lenguaje que todos interpretamos a través de las motivaciones visuales que nos llegan, y que se transforman en  un lenguaje colectivo que nos hace empezar a pensar y desear algún objeto que creemos nos mejora en lo personal o en cuanto al nivel de vida. Lo que se busca es lograr que los consumidores cada día sientan mayor necesidad de productos que ni siquiera se  requieren, ni para vivir, ni para ser feliz. La publicidad a través de las propagandas, anuncios, pautas publicitarias en las horas de mayor rating de programas de televisión, noticieros,  tienen como misión, de fondo,  la de sembrar en las personas las imágenes diferentes del mundo real,  haciendo que dichas imágenes se hagan parte de uno mismo y se empiece a ver el mundo de  la manera que nos lo quieren presentar o vender. Se produce entonces, una necesidad de competencia entre las personas de diferentes clases sociales, para alcanzar los estándares de moda, belleza,  consecución de productos como autos, casas, fincas, viajes, estudios, etc., que se muestran como los ideales para entrar en mundos de mejores condiciones de vida, haciéndolos aparecer como las metas que obligadamente  todos deberíamos tener. Los mecanismos que utilizan los medios de comunicación masiva, son muy sutiles, muchas veces catalogados de mensajes subliminales,  generados de manera insistente, repetitiva,  llegan a ser muy efectivos, logrando el efecto de imponer nuevos estilos, modas,  como también cambiando la forma en que las personas se relacionan con  muchos objetos de uso diario. El ciclo de vida de los productos es cada vez más corto, pues podemos ver en la vida práctica que las empresas productores, en aras de  tener cada día mayores niveles de ventas de sus productos,  buscando mayor  ganancia económica, han sacrificado la calidad de los productos, haciendo su vida útil cada vez más corta y utilizando  insumos  de baja calidad, a fin de obligar al consumidor a reponerlos a corto plazo.      

También se da porque al bajar los costos de producción utilizando mano de obra más barata (como lo hacen actualmente las grandes compañías a nivel mundial,  que crean sucursales en países con grandes niveles de población), los productos finales resultan de baja calidad y poca durabilidad.  La respuesta a esto puede hallarse en la semiótica de los artefactos, el sentido de los objetos en relación con el lenguaje, la capacidad del hombre para significar su realidad a partir de nominar a los objetos. En los comienzos o en el origen  de la ciencia de la Semiótica,  se utilizaron muchas formas de expresiones  artísticas, para significarle al mundo muchos símbolos de su tiempo.  Un ejemplo de esto fue la construcción de forma magnífica en su tamaño de las principales catedrales de Europa, diseñadas en grandes proporciones significando la grandeza del Dios supremo, y la pequeñez del hombre; también las pinturas que fueron realizadas por pintores famosos como Leonardo  Da Vinci en los frescos de la capilla Sixtina en Roma, cuyo significado fue expresar la belleza y magnificencia de Dios. Otros significados de la semiótica en la Edad Media, fueron las construcciones utilizando columnas redondas, así como la ornamentación de las construcciones de estilo gótico. En la actualidad, los objetos muestran su relación con el placer  (relación que ha sido creada a través de los medios   de publicidad),  y su significado actual es muy efímero, tienen un sentido práctico. Existe una relación estrecha entre objeto y poder.  Esta relación  ha sido creada y sostenida por los medios de comunicación y es cambiante, se juega con los símbolos, con las imágenes que se crean para  la mayoría de la población. La cultura está configurada por el imaginario colectivo.
Actualmente el campo de acción del Diseñador Industrial es muy amplio, debe estar preparado para tener la suficiente visión  en el mundo tan cambiante  de hoy, de entender cuál es la percepción que las personas tienen de su mundo, su entorno, sus necesidades, sus deseos de muchos tipos, y ser capaz de interpretar, de entender esas necesidades, para transformarles en símbolos a través de los productos  que diseñe para satisfacer totalmente al consumidor.   Es un lenguaje de arte y de belleza, de armonía y de practicidad, de respuesta. Eliseo Verón define el sentido como producción discursiva remitiendo al funcionamiento de la red semiótica conceptualizada como sistema productivo, que deja huellas en los objetos. La cocina en todo hogar, sigue siendo el sitio de mayor interacción familiar, lugar donde se reúne la familia no solamente a satisfacer una necesidad primaria de alimentación, sino a conversar sobre el día a día.  Es el espacio donde se transforman los insumos alimenticios  (vegetales, granos, frutas, carnes, etc.) para suplir una necesidad a la familia.

La cocina desde los tiempos más remotos de la civilización, desde el hombre primitivo, se ha considerado como el sitio importante de las viviendas ya que se guarda en ella todo lo necesario para procurar la sobrevivencia de los seres humanos, y se constituye como la base de la capacidad del hombre para sobrevivir.  En la cocina moderna los utensilios son considerados ahora no solamente por su uso como ayuda en las labores domésticas,  por su uso práctico, sino que adquiere un significado nuevo en cuanto a que su diseño debe incorporar diferentes aspectos relevantes en lo relacionado con la visión actual  de las cocinas. Ahora lo importante no es la función que prestan los utensilios de cocina, en cuanto a la ayuda para realizar el trabajo más fácil, sino que se refiere a obtener otros objetos por medio de las cuales  cada familia quiere ser percibida  por las demás. Con relación a esto, la semiótica de los artefactos nos da algunos elementos que nos ayudan a comprender la transformación de los gustos de las personas, de cómo  ha cambiado el significado de los  espacios de las cocinas en cuando al sentido estético, lo cual se ha debido al cambio en la cultura de las sociedades, en donde ahora el trabajo culinario se volvió un arte y se empezó a presentar de esta forma siendo aceptado por la mayoría de las personas y siendo promocionado por las campañas publicitarias. Igualmente los espacios de cocinas y todo su mobiliario, ahora es publicitado adicionalmente en las campañas o ferias de vivienda. 

Las distribuciones de las viviendas, así como todo el mobiliario y utensilios que se tengan, como cuadros, adornos, plantas, etc., todo lo que mejore el ambiente interior y exterior, empiezan a significar el tipo de personas que habitan en estos sitios. Conocer el interior de un cocina, es como conocer las intimidades de una familia,  de ver como es la distribución y utilización de sus utensilios,  de cuáles son los  productos prioritarios que consumen, etc., es darse cuenta de cuan adaptados están a la vida del mundo moderno.  Se puede comprobar que tanta importancia le dan a la luz, que tipo de iluminación usan. Los diseñadores que deseen estar a la vanguardia, no pueden olvidarse de la importancia de la cocina desde tiempos ancestrales, pero deben de estar igualmente comprometidos con el sentido estético moderno. Deben los Diseñadores realizar la fusión entre lo artístico, lo bello, lo que impacta a la vista, con todo lo práctico que hoy en día son las cocinas.

Cuando el Diseñador entiende y aplica la relación que existe entre el usuario y el objeto dentro de su entorno,  los utensilios culinarios cobran vida, adquieren un valor que va mas allá del mismo precio de venta del objeto, ya que es un valor artístico que tiene el sello propio de cada Diseñador. La cocina actual no refleja la imagen de la mujer ama de casa, sufrida y teniendo que realizar un trabajo que no es pago y que no es ni siquiera valorado. Ha tenido un gran cambio el concepto antiguo de la cocina. Se ha ampliado este nuevo concepto en el imaginario colectivo. No es ahora sólo el espacio donde se elaboran diferentes platos  que deben de estar terminados a cierta hora del día para satisfacer el paladar de  un hombre patrón que quiere que le atiendan. Ahora, la cocina incluye a hombres, mujeres y niños, así que los diseños de los espacios, del mobiliario y de los utensilios de las cocinas, deben buscar satisfacer el gusto, brindar comodidad y atraer a todos los miembros de la familia. La competencia radica en lograr diseñar utensilios que logren captar y expresar esa sensibilidad y que esto permita que otras personas quieran obtener dichos utensilios movidos  por el deseo de querer alcanzar esa sensibilidad que se expresa a través del arte en los utensilios y que es algo innato en los Diseñadores y que no se puede lograr fácilmente. En nuestro quehacer como Diseñadores, debemos procurar ingresar en ese espíritu, en esa cosmovisión del ser humano actual, evitando quedarnos solamente en la utilización de colores, texturas y tonalidades. Estamos obligados a introducirnos en el arte al que estamos llamados, sino queremos quedarnos relegados ante las exigencias del consumidor contemporáneo. Todo esto se justifica porque “el arte, como la ciencia, muestra al público las estructuras básicas del mundo y de la vida humana, pero ambos lo hacen por su propio camino” (1)

Cuando se trata de productos de consumo popular, la satisfacción del consumidor es algo momentáneo y puede considerarse fácil.  No así, satisfacer al consumidor con productos de mayor duración, es algo diferente y debe capturarse su atención a través de la publicidad. Para  lograrlo, debe trabajarse en lograr la empatía con los consumidores, término que para este caso, significa comprensión de la vida mental de otros. Ese objeto, gracias a la publicidad, suscita sensaciones de placer y poder en el consumidor, que le hacen adquirirlo. No se puede seguir pensando en la “casa” o vivienda, como si fuera un objeto compuesto de cuatro paredes, un fogón que reúne a la familia, la resguarda y le permite satisfacer algunas necesidades básicas, como son vivienda y alimentación.
Este concepto se debe revaluar y ajustarlo a los cambios que han ocurrido en su representación, en la relación que guardan sus usuarios o consumidores con ese espacio afectivo, que ha sido modificado y que también ha traído cambio en la forma de interactuar  en dicho sitio  por los miembros de la familia. 

Haciendo un intento de recopilar ese nuevo lenguaje que se percibe en las cocinas, se hace necesario retomar aspectos fundamentales de la Semiótica de los artefactos,  por ejemplo, como instaurar una cercanía al objeto desde los signos icónicos, es decir, como la forma percibida  del signo se parece al objeto de referencia y de qué manera se le da personalidad, haciendo uso de figuras geométricas, jugando con las imágenes, con las líneas, con la textura, el contraste que hace con la luz, el aprovechamiento de los espacios. En la actualidad se explota bastante el sentido metafórico, diseñando objetos que tienen una relación directa con los objetos de la infancia, con el sentido maternal, con imágenes u objetos tomados de los cuentos infantiles, se retoman personajes que  hacen de fondo  para muchos utensilios de la cocina como tablones, manteles, cuchillos, etc.  Y muchas  máquinas que  llaman la atención por lo estético y lo prácticos que son. Al consumidor se le atrapa con otro concepto y es que todo debe ser muy práctico y encontrase fácilmente, estar a mano. Pensar en los costales que se encontraban en los rincones, en los armarios llenos de cajones, se considera ahora antihigiénico y poco práctico. En la actualidad, de acuerdo a como lo repiten los chefs de cocina,  quien ingrese a la cocina no debe tener que moverse en un rango mayor de 90 grados, y los utensilios de cocina y los ingredientes necesarios se deben de tener a la mano. Esto constituye un nuevo referente de cocina que se distancia del concepto ancestral, pero sin abandonar su simbología esencial.

Umberto Eco (1984,1999), retoma la función mediadora del lenguaje. Sus escritos nos permiten el estudio de los objetos respecto de las funciones comunicativas que se identifican en ellos y en los significados que toman en dicha relación. Esos significados se arraigan en la tradición y en el uso, hasta que se convierten en verdades. Se llega a pensar que la significación de la circulación de los discursos, de la imposición de usos y  costumbres, estuviera siendo controlada por los medios de comunicación. Aunque así sea, no podemos ser ajenos  a las tendencias, a las innovaciones que esos nuevos referentes exijan para estar al ritmo de la vida actual. De otra forma, ignorar estas tendencias, significa quedarse al margen, quedarse atrás y no incorporarse a los segmentos de mercado.
Como Diseñadores Industriales, debemos de tener la capacidad de  asumir los cambios que surgen en el mundo de hoy, sin dejar de lado la capacidad crítica de la sociedad de consumo, debemos ser creativos, innovadores, sensibles a las necesidades, para ser capaces de diseñar en espacios de representación social como son las casas y las cocinas.  De acuerdo al decir de Wollflin (1908-1956), “interpretamos todo en el mundo exterior con los mismos medios de expresión que sentimos en nosotros mismos”  por lo tanto, los objetos terminan siendo una prolongación de nosotros mismos. Y son los objetos los que terminan configurando esa realidad de la que hacen parte los hombres.  

La función que cumplimos como Diseñadores Industriales es importante,  porque  primero en nuestras mentes y luego en nuestras manos moldeamos objetos maravillosos que pueden enriquecer el imaginario colectivo; lo hacemos como los legendarios artesanos, llenando una necesidad sentida , que pueden lograr hacer la vida más cómoda y más llevadera a las personas, tanto en las casas como en las cocinas. 

Para nuestra tranquilidad las obras que realizamos los diseñadores industriales tienen la virtud de permanece en el tiempo, de no ser fácilmente “desechables”. En nuestro ingenio está la posibilidad de convertir en arte los utensilios que servirán de compañía, de comodidad a quienes sienten la cocina como el recinto del afecto familiar, a quiénes no se resignan a dejar perder su metáfora de fuego que abriga, que enlaza y reúne. Podemos contribuir a hacer piezas duraderas, utensilios, instrumentos que establezcan un dialogo con sus usuarios, que se conviertan en elementos de un conjunto. La velocidad del mundo seguramente seguirá dejando de lado objetos pero –afortunadamente- la cuchara seguirá siendo cuchara, el cuchillo seguirá siendo cuchillo y las ollas en todas sus formas y tamaños no dejarán de estar en ese reservorio del imaginario colectivo. En nuestras manos está que estos y otros objetos tengan ese nexo de sentido con aquello que nos hace sentir a gusto en una cocina.


BIBLIOGRAFIA
(1)  C:\Users\Usuario\Documents\Libros\Lectura\Arte y Diseño\Arteologia - Semiotica De Los Artefactos [mht].MHT

Jurado, Alfredo Cid, El estudio de los objetos y la semiótica, Escuela Nacional de Antropología e Historia, México, 2002




ensayo final de comunicación oral y escrita



Arteologia y semiotica de los objetos - Maria Monica Aristizabal - Andrea Rodríguez Mancera - ensayo final comunicacion oral y escrita II - universidad icesi - viernes 18 de mayo/ 2012


ARTEOLOGÍA Y SEMIOTICA DE LOS OBJETOS

En la televisión, en periódicos y revistas, en folletos, aparece una oferta creciente de objetos de distinto tipo. El objetivo de esta publicidad continua es lograr que muchas personas sientan la necesidad de estos productos, para ello se hace uso de distintas estrategias que tienen que ver con la semiótica de los artefactos. Cómo hacer sentir al cliente, al usuario, al ama de casa que ese producto la hará sentir más bella, más cómoda, con mayor status social y cómo esos productos corresponden a unos usos que gozan de la aprobación social, de tal forma que terminan siendo un parámetro de competencia entre personas de distinta estrato social. Son mecanismos sutiles pero efectivos los que utiliza los medios masivos de comunicación para imponer modas, estilos e incluso para generar cambios en la manera como la gente se relaciona con objetos de uso frecuente. En la década de los años sesenta y setenta  los utensilios estaban hechos para durar y se asociaban con el delicado cuidado que le daban las amas de casa,  el concepto de lo “desechable” no tenía en nuestra sociedad el espacio que actualmente ha ganado en la actitud o vocación consumista de las familias actuales. Tampoco se concebía, en aquella época, que dentro de la cocina estuviera el sitio para lavar la ropa, el patio o mejor el lavadero el lugar reservado para este tipo de utensilios. Poco a poco, a fuerza de mensajes publicitarios, de mostrar imágenes, de señalar familias “ideales” con cocinas “integrales”, de conceptos como lo elegante, lo útil y lo sencillo, se ha ido introduciendo un nuevo concepto de lo que debe ser una cocina. Atrapados por la sociedad de consumo muchos jóvenes relacionan su grado de satisfacción, su sentido de la felicidad por la posesión de ciertos objetos, es una conversión de la relación objeto-uso, por la relación objeto-felicidad. Un asiento tiene un uso práctico, tenerlo da comodidad, pero tenerlo -o no tenerlo-  no implica una interiorización emocional, en cambio la publicidad ha logrado que quienes no tengan un celular o Black Berry se sientan un tanto desgraciados. Esa connotación Alfredo Cid Jurado del objeto como placer, como satisfacción, como poder la han logrado apuntalar los medios de comunicación. Se trata de cambiar de jugar con los símbolos, con las imágenes y en especial con el nuevo pensamiento que configura la cultura.

En el campo de acción de un diseñador industrial debe haber suficiente claridad sobre como ajustar sus diseños o creaciones al agitado mundo de hoy, para ello debe tener la capacidad  de leer e interpretar las exigencias y cambios en la manera como los grupos humanos, las familias, las personas perciben los espacios que habitan y los objetos que utilizan. Asumiéndolos desde la posición de “la relación de dicha comunicación en un plano social mediante el cual los objetos de uso cotidiano mantienen una estrecha relación con la preservación y transmisión de un imaginario colectivo compartido que caracteriza una esfera semiótica” (1)  La cocina es, sin lugar a dudas, un lugar que sigue simbolizando lugar de reunión, transformación afectiva de los alimentos, hogar alrededor del cual se cocinan y transforman los frutos de la tierra. La cocina es como la estantería de todo aquello que posibilita la sobrevivencia, pero también guarda intima relación con la capacidad del hombre para procurarse lo que necesita. Los instrumentos de cocina tienen la función de hacer amable este espacio culinario y en su diseño debe pensarse ya no solo en su mero uso práctico, sino en otros aspectos o agregados que se han incorporado a la visión de lo que debe ser una verdadera cocina. Es decir, no basta la cuchara, el mesón, la olla, el rallador, el cuchillo, por el simple hecho de que sirvan como prolongación de la mano, como soporte, como recipiente, como desintegrador o como instrumento cortante, ahora se trata de tener otros elementos relacionados con la manera como cada familia, cada hogar, cada casa quiera ser percibido por el resto del grupo social. La semiótica de los artefactos arroja, en este sentido, elementos que permiten entender esta transformación de los gustos, de la manera de interactuar en espacios como el de la cocina, de cómo el sentido de lo estético ha variado no solo por el ritmo frenético de la sociedad actual, sino por un trabajo agudo de quienes están detrás de las campañas publicitarias de tal o cual objeto.

Por tu casa, por sus espacios interiores serás conocido, por los cuadros, por los adornos y por la distribución de los objetos puede tenerse una lectura de quienes habitan una casa cualquiera. Entrar a su cocina, es como entrar a sus fondos, es conocer las intimidades de cómo asumen la distribución de sus utensilios, de qué productos están en la prioridad de su alimentación, de que utensilios consideran indispensables y, en especial, de qué tanto han adaptado su modo de vida a las exigencias de la vida. Le dan prioridad a la luz? O qué tipo de iluminación usan?. Los diseñadores que deseen estar a la vanguardia no pueden alejarse del sentido ancestral que ha tenido la cocina, pero también debe ajustarse a un refinamiento de lo estético que se ha convertido en una huella del ser “moderno”. Se trata de una fusión entre lo artístico, aquello que genera un impacto a la vista, por su componente, peculiar, suave, colorido, en todo caso que genere en el consumidor una empatía, un deseo de tenerlo, de que ese objeto tiene que ver con él. Estos elementos culinarios cobran vida porque el diseñador entiende esa relación que se da entre el usuario y el objeto. Ya no se piensan únicamente los objetos de la cocina en la imagen cuidadosa, y disimulada de la mujer. Hoy este concepto se ha revolucionado. La cocina se ha ampliado en la manera en como clasificamos las cosas, en un patrón universal. No es solo el espacio de donde salen platos para un hombre que se sienta a esperar que lo atiendan. El patrón de la cocina moderna ahora incluye a hombres, mujeres y niños, por igual, por lo tanto los diseños de los utensilios deben buscar la comodidad, el gusto, la atracción y la utilidad para todo el grupo familiar. La competencia está en quienes hacen diseños de utensilios que logren tocar esa sensibilidad y que empujen a otros a querer tener esos mismos utensilios. Introducir en nuestra labor elementos del arte, no estar aislada del consumidor contemporáneo, no solo parecerle estéticamente agradable sino ingresar en las expectativas del ser humano actual, porque “cuanto más universales son las verdades presentadas por una obra de arte, más importante es el mensaje”(2).

Satisfacer al consumidor  puede ser algo momentáneo  y tiende a ser fácil, cuando se trata de productos de consumo popular, sin embargo cuando se trata de instrumentos de mayor duración, la situación es diferente, se trata de capturar su atención, de quedarse estampado en su cabeza. Para ello nuestro producto debe lograr “empatía” que significa comprensión de la vida mental de otros. En ella, sobre la base de las expresiones y signos externos, una persona se imagina en lugar de alguna otra e intenta sentir como ella siente.(3) No podemos seguir pensando en la “casa” desde una perspectiva inerte, de cuatro paredes, con una estufa que recoge a la familia, la resguarda y le permite satisfacer sus necesidades básicas. Ese concepto debemos ajustarlo a los cambios que este concepto ha tenido en su representación, en la relación que guardan sus usuarios  con ese espacio afectivo, pero que ha modificado la manera como es leído y como las personas interactúan dentro de ella o con ella.

Intentando recoger ese nuevo lenguaje que  gravita en las cocinas, será necesario retomar aspectos fundantes de la semiótica de los artefactos, por el ejemplo como instaurar una cercanía al objeto desde los signos icónicos, es decir como la  forma percibida del signo se parece al objeto de referencia y de qué manera se le da “personalidad” o se particulariza haciendo uso de figuras geométricas, jugando con las líneas, con las imágenes, la textura, el contraste que hace con la luz, el aprovechamiento de los espacios. Actualmente se explota bastante el sentido metafórico, diseñando objetos que hacen relación a la relación afectiva que tienen los seres humanos con la época de su infancia, con el sentimiento de estar protegido, con imágenes u objetos tomados de cuentos infantiles, incluso se retoman personajes que hacen de soporte o de fondo para tablones, cabos de cuchillo, decoración de platos, manteles, jabones, ollas, sartenes, cucharones, rayadores y cualquier cantidad de maquinas nuevas que se vienen promocionando con diversidad de usos, pero que atrapan el gusto por lo estético y por lo práctico. Con otro concepto que se atrapa al consumidor es que todo debe estar a mano, ya que lo tradicional, lo grande lo pesado, no cabe en la visión moderna. Tal visión está relacionada con lo antihigiénico y con lo poco práctico. Quién ingresa a la cocina debe tener los ingredientes necesarios y utensilios a la mano. Se trata de un nuevo parámetro para el concepto de cocina, que se distancia de su concepto antiguo, sin abandonar su simbología esencial.

Es Roland Barthes quien mejor expresa la riqueza infinita del significado de los objetos y quien advierte que el objeto requiere la función mediadora del lenguaje para tener acceso al significado. Esos significados iban tomando consistencia en el uso, en la tradición, hasta convertirse en verdades. Pareciera que ese lugar de la “significación” de los discursos, de la imposición y costumbres, estuviera siendo manipulada por los medios de comunicación. Aunque esto sea cierto, no podemos ser ajenos a las tendencias, a las innovaciones que estos medios exijan para el modo de vida actual. Taparse los ojos solamente significara quedarse al margen y no incorporarse al mundo moderno.

En nuestra profesión debemos asumir una posición crítica frente a la sociedad de consumo, pero de igual manera debemos tener la capacidad de leer los cambios que va evidenciando el mundo de hoy, ser innovadores, creativos, para diseñar utensilios, instrumentos, objetos que sirvan y que atraigan, que se conviertan en parte de espacios de representación social, como la casa, como la cocina. Al decir deWolfflin (1908-1956) interpretamos todo en el mundo exterior con los mismos medios de expresión que sentimos en nosotros mismos", por lo tanto los objetos terminan siendo una prolongación de nuestro cuerpo y son los objetos los que –separados, en grupo  o en relación entre sí- terminan configurando esa realidad de la que hacen parte los hombres. Cumplimos una función especial en la creación de los artefactos porque en nuestras mentes, en nuestras manos, como los artesanos, modelamos objetos que pueden enriquecer la sociedad, que pueden hacer más cómoda y llevadera la vida y que buscan anticipar los problemas del espacio culinario. Asumir nuestra profesión desde la semiótica abre su sentido a la cultura universal, la aleja del inventor “ermitaño”  y la inscribe en su relación con la sociedad de la que hace parte, con los grandes cambios del mundo actual, con la necesidad de comprometer nuestra capacidad de análisis para hurgar en el lenguaje de las cosas, para interpretar las necesidades y exigencias de este mundo globalizado que habitamos.

BIBLIOGRAFIA
(1)  Jurado, Alfredo Cid, El estudio de los objetos y la semiótica, Escuela Nacional de Antropología e Historia, México, 2002
(2)  1999. Arteología - Semiótica De Los Artefactos, Pentti Routio


viernes, 20 de abril de 2012


La relación entre el diseño y la semiótica

Los artefactos producidos por un diseñador deben analizarse no solo estéticamente sino que también hay que comprender el mensaje oculto que cada uno trae, el cual causa cierto efecto usado para la presentación de información visual a un público.

La mayoría de los diseñadores tienen preferencias a la hora de crear un diseño en cuanto a materiales, colores, estilos, etc., debido a las cualidades estéticas que estos poseen, pero no debe ser lo único que se tome en cuenta ya que lo principal en el objeto debe ser su relación con el público y la información que transmite hacia el observador considerando las actitudes que genera en este emocionalmente.

El diseño tiene una función tanto estética como informativa, pues es verdad que el diseño puede agradar o desagradar por sus valores intrínsecos, pero también sirve como medio para transmitir mensajes a unos espectadores con un propósito, ya sea representar algo o indicar algo que va mas allá de lo que sus cualidades físicas logran representar.

La semiótica es un instrumento analítico por medio del cual se examina el diseño de un producto descifrando los mensajes que este transporta a un amplio público, su significado y sus intenciones, encargándose del estudio de los signos visuales y las reglas que los gobiernan como medios en el proceso de la comunicación.

La comunicación juega un papel importante en la economía ya que requiere de actividades de producción y de consumo para conseguir ciertos efectos y metas. Cuando se produce un artefacto de diseño, el diseñador hace uso de signos, como por ejemplo figuras, colores, que sirven para transportar la información de ese objeto a los clientes.
El mensaje recibido puede variar ya que están codificados de diversas maneras y con intenciones diferentes a gusto del inventor o creador y también dependiendo del grupo social en el que se encuentre el público a quien será presentado, pues el significado suele variar dependiendo del estilo de vida que cada uno lleve.

Los implementos que use el diseñador deben de ser comprensibles y conocidos para el consumidor para lograr el efecto deseado, ya que es importante tener en cuenta la parte del usuario en el proceso pues sus conocimientos previos son los que descodifican el mensaje y así logra ser captado e interpretado personalmente. Lo anterior quiere decir que hay que tener límites en el momento de diseñar si se quiere dar a entender a personas externas que difieren en gustos y conocimientos al diseñador.

La creación de diseños novedosos no surge de la nada ya que los diseñadores se basan en diseños antiguos para sus creaciones, y la intención de las modificaciones que hacen en ellos es de conseguir una mejor fusión entre estética, utilidad, calidad y novedad.
Los diseñadores tienen tanto libertad como limitaciones a la hora de elegir de que manera crear su diseño.

El diseño puede crear y reinventar todo a su antojo, pero nunca se debe olvidar que lo más importante es tener en cuenta siempre la opinión del consumidor que son quienes aprueban o desaprueban un producto basándose en su interpretación del mensaje recibido del artefacto, pues el consumidor debe identificarse con el objeto.



diana palomino

miércoles, 11 de abril de 2012

reseña 1


La semiótica es la ciencia que analiza los sistemas de signos que se generan en la vida social, la que observa la manera de pensar de la sociedad para asi descubrir como el ser humano se comporta respecto a lo que hay a su alrededor, como interpreta su realidad y el mundo. En la mayoría de las empresas, el uso de la semiótica del artefacto es muy importante, ya que con esta, logran interpretar lo que la sociedad necesita o con lo que las personas se sientan identificados y satisfechos para asi vender productos que permitan que el consumidor se sienta valorado por obtener algo con lo que se siente a gusto y que no cambiaria si no hasta encontrar algo nuevo que también lo satisfaga.

La sociedad actual, se ha convertido en una sociedad consumista que haría lo que fuera por obtener las cosas que todos tienen o las cosas que logran satisfacer a las personas de esta; para ello, la semiótica se ha regido como la ciencia que logra identificar este comportamiento que permite que haya una sociedad consumista, ya que le brinda a las empresas el significado de los signos de todos los tipos de comunicación ya sean escritos, orales, visuales, auditivos, etc. La semiótica analiza esos signos, y logra detectar como el hombre interpreta cada cosa a partir de esos signos, por ejemplo, un signo en el sentido visual seria la manera en que la persona interpreta el aspecto de un objeto, de una escultura, una pintura o algo que le genere cualquier sentimiento a partir de lo que logra ver; se ha presentado casos en que aquellas personas que tienden a tener mas peso compran cosas de formas mas redondas y circulares, o aquellas que son “adictas” a un alimento o a algo en particular, prefieren obtener algo que les active inconscientemente el mismo sentimiento que les genera aquella cosa a la que son adictos. Pasa lo mismo con los demás signos, en el caso del signo auditivo, en la publicidad se presentan combinaciones de sonidos que pueden llegar a caracterizar un producto sin necesidad de mostrarlo, si no que con el solo hecho de escuchar ese sonido, las personas puedan sentir de que se trata lo que escuchan en ese respectivo momento. No solo se presentan estos símbolos en publicidad y generación de productos si no también en la arquitectura y algunos edificios, por ejemplo una línea horizontal se interpreta como descanso, una línea vertical inspira acción, trabajo, desafíos.

Al parecer la semiótica y simbología logran desifrar nuestras expectativas sobre algo que queramos, es una excelente manera de poder generar productos que vayan acorde con las necesidades de la sociedad; sin embargo, gracias a esta ciencia, las empresas han podido introducirse en la mente de las personas convirtiéndonos en una sociedad consumista, pues logran generarnos sentimientos hacia algo que enrealidad no queremos y tal vez ni nos atraiga, solo que al generar esos sentimientos en nosotros, llegamos a pensar que enserio lo necesitamos y no seriamos felices si no lo obtenemos. Se han sobrepasado al usar la semiótica como una manera de imponernos cosas que no son necesarias, cuando solo deberían usarla para encontrar nuestras verdaderas necesidades y lograr cubrirlas de tal manera que nos sintamos identificados con cada solución que se proponga.

María Mónica Aristizabal 11205006

investigadores

Los estudios del simbolismo empezaron cuando las personas aprendieron a analizar los contenidos de una obra de arte separada de la forma. G.W.Hegel considero la arquitectura como un exponente del arte simbólico, sino porque fueron muy precisos al presentar el simbolismo en tiempos atrás,
Los que estudian mercadeo también son los que analizan este fenómeno de la semiótica en los artefactos, pues la publicidad no solo vende porque el producto sea bueno sino por la manera en que influencia a las personas con texturas, formas, colores, propagandas.

Maria Monica Aristizabal 11205006


una debilidad favorable de la semiotica

Encontré una especie de crítica a la semiótica, la cual dice que la debilidad del mensaje simbólico del arte es su falta de precisión. No me parece algo malo pues esta “debilidad del mensaje simbólico” cuando se dispersa es aquello que le da fuerza pues significa que el objeto puede estar sujeto a diversas interpretaciones, no todos los humanos pensamos igual y nos puede gustar una misma cosa pero la interpretamos diferente, esto es aquello que hace del mundo un lugar próspero para vivir, pues de diferentes interpretaciones pueden nacer varios conocimientos no por esto son inválidos.

María Mónica Aristizabal 
11205006

factores de interacción entre el usuario y el producto




El comportamiento emocional del usuario es resultado de tres factores diferentes: las emociones evocadas por el producto durante la interacción, el estado de humor el usuario y los sentimientos  por el usuario al producto. Por ejemplo si en el momento que el usuario vio el objeto le acordó a algún momento de su vida, y estaba de buen humor, se va a sentir inspirado a la hora de coger el objeto, y va a querer tenerlo, o no solo esto, si el usuario fue criado con una cultura diferente o hábitos y el objeto le recuerda a esto, lo va a comprar. Existen diferentes factores por las cuales el usuario interactúa con el producto  

a)    Sociales: presión, expectativas, ego.

b)    Personales: valores, emociones, expectativas, apariencia, habilidades.

c)    Culturales: genero, moda, normas, cultura, religión.

d)    Contexto de uso: lugar, tiempo, personas con las que estará.

e)    El producto en si: sus funciones, tamaño, peso, símbolos, reputación, movilidad.

Maria Mónica Aristizabal 11205006